Turbantes, ancestralidade e saberes afro-brasileiros em destaque na formação das crianças
Por: Marina Savioli
No segundo dia de atividades da Feira do Livro, os alunos do 4º ano do Ensino Fundamental participaram de uma oficina inspiradora de Turbantes Africanos, conduzida pela jornalista e artesã Penha Crispim. A atividade proporcionou um momento significativo de aprendizado, reflexão e valorização da cultura afro-brasileira, estabelecendo conexões entre a leitura literária e as manifestações culturais de matrizes africanas.
A oficina dialogou diretamente com o livro A Menina que Queria Rodar a Baiana, escrito por Tiago Freitas e ilustrado por Orádia Porciúncula. A obra apresenta elementos da cultura afro-brasileira de forma lúdica e poética, despertando nos alunos o interesse por temas como ancestralidade, identidade e pertencimento. A partir dessa leitura, os estudantes foram convidados a explorar a riqueza simbólica dos turbantes, compreendendo seu papel como expressão estética, espiritual e política.
Penha Crispim compartilhou com os alunos a diversidade de significados que os turbantes carregam ao redor do mundo. Embora estejam fortemente associados às culturas africanas, os turbantes também são usados em diferentes tradições religiosas e culturais, como no hinduísmo, no islã e em comunidades do Oriente Médio. Suas amarrações variam conforme a região, o contexto e a intenção, podendo representar status social, espiritualidade, beleza ou resistência.
No contexto afro-brasileiro, o turbante é símbolo de ancestralidade e força, sendo uma marca de afirmação identitária e um instrumento de resistência frente ao apagamento cultural e ao racismo. Ao ensinar diferentes formas de amarração, Penha destacou o valor histórico e afetivo desse acessório, incentivando as crianças a reconhecer e respeitar a profundidade dos saberes que atravessam gerações.
Mais do que uma atividade artística, a oficina foi uma vivência de empoderamento e pertencimento. As crianças participaram com entusiasmo, experimentando os turbantes e expressando suas impressões sobre o que aprenderam. O momento despertou a criatividade e o orgulho de uma herança cultural muitas vezes invisibilizada, reforçando a importância da escola como espaço de diversidade, respeito e construção coletiva do conhecimento.
Turbantes, ancestralidad y saberes afrobrasileños en el centro de la formación infantil
En el segundo día de actividades de la Feria del Libro, los estudiantes de 4.º curso de Enseñanza Fundamental participaron en un inspirador taller de Turbantes Africanos, conducido por la periodista y artesana Penha Crispim. La actividad ofreció un momento significativo de aprendizaje, reflexión y valoración de la cultura afrobrasileña; estableció además conexiones entre la lectura literaria y las manifestaciones culturales de raíz africana.
El taller dialogó directamente con el libro La niña que quería girar como una baiana, escrito por Tiago Freitas e ilustrado por Orádia Porciúncula. La obra presenta elementos de la cultura afrobrasileña de forma lúdica y poética; logra despertar en los estudiantes el interés por temas como la ancestralidad, la identidad y el sentido de pertenencia. A partir de esta lectura, los alumnos fueron invitados a explorar la riqueza simbólica de los turbantes y comprendieron su papel como expresión estética, espiritual y política.
Penha Crispim compartió con los alumnos la diversidad de significados que los turbantes poseen en todo el mundo. Aunque están fuertemente asociados a las culturas africanas, los turbantes también se utilizan en distintas tradiciones religiosas y culturales, como en el hinduismo, el islam y en comunidades del Medio Oriente. Sus diferentes formas de amarre varían según la región, la intención y el contexto, y pueden representar estatus social, espiritualidad, belleza o resistencia.
En el contexto afrobrasileño, el turbante supone un símbolo de ancestralidad y fortaleza, siendo una marca de afirmación identitaria y un instrumento de resistencia frente al borradoo cultural y al racismo. Al enseñar distintas formas de amarre, Penha destacó el valor histórico y afectivo de este accesorio, e incentivó a los niños a reconocer y respetar la profundidad de los saberes que atraviesan generaciones.
Más que una actividad artística, el taller fue una experiencia de empoderamiento y pertenencia. Los estudiantes participaron con entusiasmo, experimentaron con los turbantes y compartieron sus impresiones sobre lo que aprendieron. El momento despertó la creatividad y el orgullo por una herencia cultural muchas veces invisibilizada, y reforzó o la importancia de la escuela como espacio de diversidad, respeto y construcción colectiva del conocimiento.