El proyecto Juego de la Política
Por: Profª. Maíra de Cinque Pereira da Costa

La política, como define Hannah Arendt, es la convivencia con lo distinto. Para la autora, no nacemos inclinados hacia la vida en grupo, pero aun así es posible que, por medio de la educación y el buen uso de la libertad, abracemos la pluralidad de perspectivas, convirtiéndonos en seres políticos. En ese sentido, el ciudadano no es el que hace Política, tal como estamos acostumbrados a ver en los noticieros, sino el que es político, en el sentido de participar en la construcción de una sociedad más justa y más feliz.

En el proyecto Juego de la Política buscamos compartir herramientas para que nuestros alumnos se conviertan en ciudadanos activos. Bien por la  estructura política de los poderes de la República y otras formas de representación, bien  por la visita al centro de São Paulo y el uso del transporte público, nuestro eje fue acercar a  los participantes a la realidad del lugar en que viven. Nuestra herramienta principal fue el Juego de la Política, ideado por las ONG É Nóis e Sonho Brasileiro da Política.

El juego enfoca de forma lúdica los procesos dialógicos, muchas veces burocráticos, que permean los trámites en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Sus bases educativas son los cuatro pilares propuestos por la UNESCO para la educación en el siglo XXI: aprender a conocer, aprender a ser, aprender a convivir y aprender a hacer. Durante el semestre, pudimos ocupar el puesto de alcaldes, ministros, diputados, concejales, fiscales y jueces. En el Juego del Ejecutivo, organizamos un presupuesto público para la ciudad de Elefantes y discutimos qué impacto  tendría ese reparto de fondos en el funcionamiento de la comunidad y en el bienestar de los ciudadanos. En el Juego del Legislativo, discutimos y votamos un proyecto de ley tal como se hace en las cámaras legislativas y en el Congreso. En el Juego del Poder Judicial, reflexionamos sobre las etapas previas al juicio de un ciudadano. 

En nuestras salidas al campo pudimos conocer un poco mejor la realidad con la que deberíamos trabajar en las esferas del poder. Andando a pie, en autobús y en metro pudimos identificar problemas y plantear soluciones, además de, por supuesto, ocupar el lugar de quien depende del transporte público.

Según la alumna Natalia Rocha Benatti, “El paseo por el centro de São Paulo fue muy interesante y educativo. Efectivamente, la experiencia de ir en metro me hizo notar que no todos los medios de transporte público de Brasil son horribles ni tampoco las personas que los utilizan. El centro es mucho más organizado de lo que creía, los edificios son bonitos, sobre todo el Teatro Municipal y el Ayuntamiento. Es increíble que en tanto tiempo nunca me haya interesado ir al centro a conocerlos”.